No son pocas las instituciones públicas y empresas privadas los que se enfrentan diariamente a la generación de grandes cantidades de residuos orgánicos, principalmente restos de alimentos, que a menudo terminan en vertederos. Sin embargo, existe un proyecto que busca abordar este problema de manera sostenible al convertir estos desechos en una fuente de energía renovable. En este sentido, el estudio de los procesos y materiales que se necesitan para la implementación de esta realidad, los trituradores de residuo orgánico desempeñan un papel fundamental al optimizar el residuo que permite la generación de biogás y reducir los tiempos de espera, así como la gestión del material.
Este innovador enfoque se ha implementado en un hospital de la comunidad de Madrid, donde se ha establecido una planta de biogás que aprovecha los residuos orgánicos para la generación de energía. Esta iniciativa se considera una de las primeras en Europa en adoptar esta tecnología en el mundo hospitalario, con el objetivo de reducir las emisiones de CO2, dar un nuevo propósito a los residuos alimentarios, contribuir a la preservación del medio ambiente y la salud en general.
El proyecto surgió durante una reunión de planificación, donde se discutió la preocupante cantidad de alimentos desechados a diario en el hospital. Fue entonces cuando se propuso la idea de convertir estos residuos orgánicos en biogás, una forma de energía renovable. Con la colaboración de una empresa especializada, se pusieron manos a la obra. Miguel Almendral, de Insinkerator España, subraya la importancia de los trituradores de residuo orgánico al señalar: «No solo se trata de realizar una gestión sostenible, sino de ser lo más eficientes posibles, para lograr amortizar la inversión más pronto que tarde».
La planta de biogás se encuentra en las instalaciones del hospital y se abastece de los residuos alimentarios generados en el centro. En este caso, el hospital, que tiene un número limitado de camas, produce una cantidad considerable de residuos cada año. La inversión en esta tecnología ha demostrado ser económicamente viable.
El biogás producido en la planta se utiliza para alimentar las cocinas del hospital, lo que permite cocinar durante varias horas al día. Además de la generación de energía, el proceso también produce un fertilizante orgánico que se utiliza en áreas verdes, cerrando así un ciclo sostenible.
Este enfoque de economía circular ha llamado la atención de otros hospitales, tanto públicos como privados, con una capacidad superior. Estas iniciativas subrayan la importancia de que las instituciones de salud contribuyan a la sostenibilidad y reduzcan su huella de carbono, además de reducir sus costos energéticos.
Hoteles, como el instalado en Estepona hace no mucho y este nuevos hospital que se suma a la sostenibilidad, dan fe que se está produciendo un cambio en la gestión de nuestros residuos. «El concepto de basura ya ha cambiado. No sólo supone un elemento diferenciador , si no que ya no se entiende el futuro sin acometer el presente.» Nos decía también el director de operaciones de Insinkerator España.
En un contexto de creciente conciencia ambiental, proyectos como este demuestran que la sostenibilidad ya no es solo una tendencia, sino una realidad que puede mejorar tanto la salud del medio ambiente como la de la sociedad en general.